domingo, 22 de mayo de 2011

CICLO IV-MAÑANA-MES DE MAYO- GUERRAS DE LOS MIL DIAS

INSTITUTO ISEE

ASIGNATURA:
SOCIALES
CICLO :
IV
DOCENTE:
GLADYS BAENA PELAEZ – MES DE MAYO


JORNADA:
MAÑANA
TEMA:
GUERRA DE LOS MIL DÍAS
OBJETIVOS: Conocer las guerras civiles que se dieron en Colombia durante el siglo XIX y las consecuencias que trajo para nuestro país.
INTRODUCCION:
Guerra Civil de 1885
Protagonistas: Santiago Pérez Manosalva, defensor del radicalismo liberal, se expatrio voluntariamente durante el periodo de conflictos entre radicalistas y conservadores liderados por Núñez a quien siempre se opuso, tras su regreso en 1891 fue nombrado como único líder del partido liberal en 1892.
Razón de la Guerra: El movimiento liderado por Núñez, pretendía agrupar facciones independientes del liberalismo, que junto con los conservadores, querían abolir la Constitución de 1863, implantado un modelo centralista que se apoyara en el conservatismo agrario y el apoyo de Caro, en contra del radicalismo comercial y el librecambismo.
Otros datos: Fue a partir de la constitución que produjo esta guerra civil, que se dan unas serie de reformas de entre las que podemos percibir la creación del Banco Central, la implementación del papel moneda e implementado por una política de aranceles.
Consecuencias: La derrota radical y la implantación de una nueva constitución, además de un modelo centralista.

 

Guerra Civil de 1895

Protagonistas: El movimiento liberal que se encontraba casi vencido optó por la rebelión en contra del movimiento regenerador encabezado en este periodo por el vicepresidente Caro.
Razón de la Guerra: La exclusión de los liberales del gobierno, la extremada represión de prensa, el uso de facultades extraordinario, los confinamientos y destierros, además de la división conservadora entre históricos y racionalistas, parecían ayudar a los planes de subordinación liberal en contra del gobierno regenerador.
Consecuencias: Fracaso liberal.
GUERRA DE LOS MIL DÍAS (1899-1902)
La Guerra de los Mil Días fue una guerra civil que asoló a la República de Colombia y a Panamá (que en ese entonces era un Departamento de Colombia), entre 1899 y 1902 . Tuvo como resultado la victoria del gobierno y la posterior separación de Panamá en 1903. El conflicto enfrentó a miembros del Partido Liberal Colombiano contra el gobierno detentado por una fracción del Partido Conservador, llamada Nacional, y brevemente en cabeza del presidente Manuel Antonio Sanclemente. El brusco cambio provocado por la derrocación de la Constitución de Rionegro de 1863 (que estableció un sistema federal) por la centralista Constitución de Colombia de 1886 (establecida bajo el mandato de Rafael Núñez) además de los violentos intentos de cooptación de los conservadores, como los intereses liberales de retomar el poder, provocó la violenta respuesta del bando liberal.

Antecedentes

El siglo XIX en Colombia registró varios conflictos violentos entre conservadores y liberales. A medida que se fueron desarrollando los partidos, éstos suscitaron grandes conflictos en el territorio colombiano. La constitución de Rionegro que llevó a un gobierno federal sembró cada vez más las distinciones tanto entre los partidos, como entre los mismos estados que en ocasiones tenían ejércitos mucho más grandes que los del gobierno central. En una situación salpicada de conflictos sociales y guerras civiles, se redactó la constitución de 1886 que pretendía, al contrario de la constitución anterior, un estado central fuerte, en este año en el cual se suprimió la Constitución de 1863 (que revelaba los excesos del federalismo durante el periodo de los radicales) comenzaran a verse los primeros signos que desembocarían en el conflicto armado.

Inicio de la guerra

Luego de que Sanclemente tuviera que delegar el poder al vicepresidente Marroquín por dificultades de la salud, Marroquín, el cual era más cercano al bando histórico de los conservadores, asumió la presidencia. Lo que dio un vacío de poder  que desembocó propiamente en la guerra que se inició con el asalto por parte de liberales mal organizados a la ciudad de Bucaramanga, lo cual provocó la respuesta del gobierno central. Aprovechando el aparato del estado, las comunicaciones y el contar con un ejército regular organizado y financiado, los conservadores siempre se enfrentaron en superioridad de condiciones a los liberales. A estos últimos se les dificultó el crear fuerzas regulares salvo en los departamentos de Santander y Panamá, donde sí lograron mantener enfrentamientos regulares 

Las batallas de Peralonso y de Palonegro

Las primeras derrotas militares para el bando liberal comenzaron días más tarde de haber iniciado la guerra en la batalla de los Obispos en el Rio Magdalena el 24 de octubre de 1899. Pero el sector conservador, también se vio envuelto en problemas bastante delicados. Estos últimos se dividieron entre Históricos y Nacionalistas en un frenético intento de poner el país en orden. Los primeros lograron derrocar al presidente Sanclemente para colocar a su sucesor José Manuel Marroquín. Por su parte los liberales nombraron presidente del país a Gabriel Vargas Santos para que opacara a los mandatarios constitucionales del sector conservador.
Conforme al avance de la guerra, ésta tomó un giro más represivo y cruel, incluso la población se dividió para tomar parte en cada bando de un modo más fanático, pese a los esfuerzos de cada partido por obtener victorias que luego serían ilusorias. Sin duda, las batallas de Peralonso y de Palonegro (Santander) pusieron al país en su lugar en cuanto a la magnitud de los daños que dejaba la guerra. En la primera, los liberales obtendrían su última victoria de manos de Rafael Uribe Uribe. En Palonegro (25 de mayo de 1900) los conservadores detuvieron a sus enemigos forzándolos a un combate de desgaste, seguidos por  el sitio a la ciudad de Cúcuta.

Hacia el final

Con Palonegro, la guerra se volvió un conflicto sin sentido y carente de significado para los partidos. Los liberales aguantaban desesperadamente ante las escasas ayudas de otros países, al tiempo que el propio partido se dividía entre Pacifistas y Belicistas. Los conservadores Nacionales pronto comprendieron que lo mejor era detener la guerra, que ya por entonces se centraba en Panamá y la costa del Mar Caribe.
Con esa decisión, se evitó internacionalizar la guerra (en Venezuela se trataba de provocar un conflicto abierto a través de su presidente Cipriano Castro quién apoyaba a Uribe Uribe para colocarlo en el poder). Las tropas de Marroquín lograron cortar la ayuda venezolana a los liberales (29 de julio de 1901), quienes fueron derrotados por el general conservador Juan Tovar. El general Uribe se vio entonces obligado a rendirse, pero con algunas condiciones.

Los Tratados de Neerlandia y Wisconsin

Los tratados de paz se firmaron en la hacienda Neerlandia (en la zona bananera del Magdalena, cerca a Ciénaga), el 24 de octubre de 1902, pese a que los combates duraron hasta noviembre de ese año en Panamá desde finales de 1901 entre los navíos Almirante Padilla (liberales) y el Lautaro (de propiedad chilena, expropiado por los conservadores), del cual fueron derrotados frente a la ciudad de Panamá el 20 de enero de 1902. Con la muerte del general Carlos Albán, que viajaba en el Lautaro, el istmo de Panamá queda sin representante, siendo nombrado Arístides Arjona.
Más tarde vino la constante amenaza de la marina estadounidense enviada por el gobierno de Theodore Roosevelt para proteger los futuros intereses en la construcción del canal de Panamá. Los liberales de Benjamín Herrera depusieron las armas sin combatir la amenaza exterior.
El tratado de paz definitivo se dio lugar en el acorazado estadounidense Wisconsin el 21 de noviembre de 1902, en donde, por una parte, el general Lucas Caballero Barrera, en calidad de jefe de Estado Mayor del ejército unido del Cauca y Panamá, junto con el coronel Eusebio A. Morales, secretario de Hacienda de la dirección de guerra del Cauca y Panamá, en representación del general Benjamín Herrera y del partido liberal; y por otra, el general Víctor Manuel Salazar, gobernador del departamento de Panamá y el general Alfredo Vázquez Cobo, jefe de Estado Mayor del ejército conservador en la Costa Atlántica, el Pacífico y Panamá, firmaron en representación del gobierno.

Consecuencias de la Guerra

Después de la guerra, Colombia quedo totalmente devastada en todos los aspectos: la crisis económica de la preguerra se agravó con la separación de Panamá el 3 de noviembre de 1903. Al país le costó proteger el delicado equilibrio de paz durante aproximadamente 45 años hasta que el Bogotazo hizo que las tensiones bipartidistas se salieran de control hasta 1958 (por el pacto del Frente Nacional) y el cual fue el precedente del actual conflicto armado de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Ante el rechazo del Tratado Herran-Hay por parte del congreso colombiano, los panameños impulsaron sus viejas intenciones de separarse y con el apoyo militar y político de los Estados Unidos declararon su independencia el 3 de noviembre de 1903. Unos días después, el gobierno y congreso panameño concedieron a los Estados Unidos, a través del tratado Hay-Bunau-Varilla, el control a perpetuidad de la zona del canal.
Por otro lado, Estados Unidos normalizó sus relaciones con Colombia, por medio de un tratado Urrutia-Thomson, firmado en abril de 1914 durante el gobierno de Carlos E. Restrepo. En este tratado, Colombia reconoció la independencia de Panamá y fijó límites con el mismo. Por su parte, Estados Unidos se comprometió a pagar 25 millones de dólares a Colombia como indemnización por haber influido en la separación.

SEPARACION DE PANAMA
3 de noviembre de 1903
 Fueron 17 los intentos separatistas panameños después de fundada la colonia, la inquietud independentista nos condujo a la separación de España. Nuestra vocación de libertad se mantuvo latente durante la época Granadina.
Desmembrada la Gran Colombia quedaron unidos en un débil lazo Panamá y Colombia, unión que no fue posible mantener principalmente por la desidia y abandono del Gobierno Istmeño.
Las raíces históricas de nuestro principal recurso geográfico salieron a relucir ante el trato prepotente del Gobierno de turno que rechazó el Tratado Herrán - Hay y condenaba a Panamá a una vida ya casi tradicional de privaciones.
Los patricios que actuaron en su momento histórico, que ocuparon el puesto en el estadio del tiempo que le tocó vivir, se inspiraron en el tradicional sentimiento nacionalista de los pueblos y reclamaron a la humanidad el derecho natural que la Patria, llamada Panamá tiene reservado en los espacios de los pueblos del mundo, la franja geográfica por donde habría de construirse un canal, es patrimonio de esta nación así lo entendieron los próceres y así lo aceptaron los panameños.
Don José Agustín Arango, un varón justo y noble como esos caracteres ejemplares de la historia, que exalta Plutarco en sus "Vidas Paralelas" para lección perenne de civismo a la humanidad, que llevaba en su sangre el amor a la libertad, fue el iniciador, la fuerza viva, del movimiento secesionista de Panamá en 1903.
A fin de impulsar la revolución y para asegurar sus resultados, los señores Don José Agustín Arango y el Dr. Manuel Amador Guerrro, acordaron iniciar en sus planes a otros panameños, de quienes tenían la seguridad que contribuirían, con entusiasmo, en tan noble causa, para organizar con ellos una Junta directora de la revolución, la cual quedó intengrada por los siguientes caballeros: Don José Agustín Arango, Dr. Manuel Amador Guerrero, Don Carlos Constantino Arosemena, Don Nicanor A. de Obarrio, Don Ricardo Arias, Don Federico Boyd, Don Tomás Arias y Don Manuel Espinoza B.
El 3 de noviembre de 1903 tuvo lugar la proclamación de la independencia en la ciudad de Panamá, decisión que halló inmediatamente respaldo en el resto del país y los panameños de consumo declararon este territorio como un Estado independiente y soberano con el nombre de la República de Panamá.
La redacción del documento histórico ( Acta de Independencia del Istmo ), que contiene esta proclamación fue enconmendada en la mañana del histórico día 3, por el propio jefe de la revolución, Don José Agustín Arango, a un eminente jurista panameño de figuración destacada en la vida política del país, el Dr. Carlos Antonio Mendoza, prominente figura del Partido Liberal istmeño.
La Fundación de la República
Los panameños celebramos hoy, 3 de noviembre, la fundación de la República cuando nos separamos de Colombia en 1903. Nuestra unión a este país fue voluntaria, puesto que Panamá declaró su verdadera independencia el 28 de noviembre 1821, cuando se liberó de España.
Alrededor de nuestra separación se han manifestado diversas opiniones, pero lo importante es que nació una nueva República, hoy consolidada ante el concierto de las naciones del orden.
En aquella época, Panamá había sido condenada al aislamiento por el gobierno colombiano, el que no sólo la había abandonado en el desarrollo económico y espiritual, sino que la había convertido en un escenario de guerra y conflicto que terminó por hastiar al pueblo panameño.
Entonces, de aquel desastre gubernamental impuesto por Colombia surgió la semilla revolucionaria de un movimiento que materializó el Dr. Manuel Amador Guerrero, ilustre patriota que luego se convirtió en el primer presidente de los istmeños.
El movimiento separatista contó con el apoyo de Estados Unidos y la decisión de los panameños de separarse culminó con la derrota de los militares colombianos que fueron reducidos a prisión cuando el “Batallón Tiradores” arribó a las costas colonenses.
La falta de malicia de los generales Juan Tovar y Ramón Amaya, que comandaban el mencionado batallón de 500 plazas al mando del coronel Eliseo Torres, precipitó el acontecimiento patriótico, ya que para entonces el movimiento había conseguido el apoyo incondicional del general Esteban Huertas —militar de larga residencia en el Istmo y casado con panameña— quien fue determinante para la independencia.
Huertas comandaba el “Batallón Colombia”, un cuerpo militar aguerrido y selecto, con un historial glorioso en los campos de batalla. El general Huertas había sido herido en la memorable toma de Tumaco y desde entonces su figura representa al militar justo que se puso por encima de los partidismos y de la continuación de esa eterna guerra fraticida que siempre ha consumido a Colombia...
Raíces y frutos de noviembre
...En esta sección trataremos de resumir una mínima parte de lo sucedido entre el 3 y el 4 de noviembre de 1903. Para el 3 de noviembre de 1903, que por cierto fue miércoles, la Junta Revolucionaria y sus más cercanos colaboradores ya habían proclamado nuestra separación de Colombia.
Le correspondió al Consejo Municipal, como representante del pueblo soberano, citar por medio de su presidente Demetrio H. Brid a una sesión solemne y extraordinaria con el fin de adherirse al movimiento ya prácticamente consumado.
Brid también le solicitó al presidente de Estados Unidos el reconocimiento oficial de la nueva nación y citar a las corporaciones públicas, militares y religiosas, así como a todos los ciudadanos, a un cabildo abierto para el próximo 4 de noviembre.
A las 9:00 de la noche se inició la reunión, a la que asistieron los concejales: Manuel María Méndez, Rafael Aizpuru, Enrique Linares, Manuel José Cucalón, Agustín Arias F., José María Chiari, Ernesto J. Goti (secretario del Concejo), y Demetrio H. Brid (presidente).
En esos instantes los miembros de la Junta Revolucionaria, José Agustín Arango, Manuel Amador Guerrero, Federico Boyd, Carlos C. Arosemena, Nicanor de Obarrio, Manuel Espinoza Batista, Tomás Arias y Ricardo Arias también se hallaban reunidos junto con numerosos compatriotas en el cercano hotel Central.
La génesis
Pocos días antes el doctor Amador Guerrero le había preguntado a su hijo y artista Manuel Encarnación, “cómo podrían hacer para arreglar el asunto de la bandera de la nueva República”, ya que se había rechazado la enviada por la esposa de Buneau Varilla, que se asemejaba mucho a la de Estados Unidos.
Manuel E. Amador, que también era pintor, tomó entonces una hoja de papel y lápiz, y rápidamente dibujó la insignia que ya hacía rato tenía pensada. Para el día 4, María de la Ossa de Amador, su sobrina María Emilia y su cuñada Angélica, habían bordado y cosido con materiales, adquiridos por ella, dos banderas: una de ellas la paseó Alejandro de la Guardia, seguido de numeroso público entusiasta desde el hotel Central. La otra fue izada al día siguiente en un asta situada en el Palacio Municipal. Una de esas banderas fue llevada posteriormente a Estados Unidos en donde su autor fue cónsul.
Por cierto que en el momento de la izada se dice que José Francisco de la Ossa disparó con su revólver entusiastas salvas al aire. No era para menos.
Los padrinos de la bandera fueron Manuela Méndez de Arosemena, Lastenia Uribe de Lewis, Jerardo Ortega (aparece con J en los documentos) y José Agustín Arango.
El peligro
No todo fue celebraciones. El día 3 habían anclado en la bahía de Colón, o sea en la de Limón, el crucero “Cartagena” y un carguero que juntos traían 550 soldados colombianos más todos sus equipos y armas, con el fin de impedir el movimiento separatista.
Al dirigirse sus jefes, los generales Juan B. Tovar y Ramón G. Anaya, a las autoridades del ferrocarril para que todos fueran trasladados a la capital, se les dijo que no había vagones suficientes y que deberían pagar por el transporte. Que a los jefes los podían llevar y que las tropas serían transportadas después.
Al llegar a Panamá fueron apresados por el capitán Marco A. Salazar, quien cumplía órdenes de su jefe Esteban Huertas. Con esta orden Salazar se jugó la vida.
Todo ello hizo que el coronel Eliseo Torres, que había quedado en Colón al mando de las tropas que no fueron transportadas, amenazara con destruir totalmente la ciudad, y con matar a los estadounidenses presentes allí. Después de múltiples conversaciones y de 8 mil dólares, más el valor de los pasajes y alimentos, se solucionó tan grave y peligrosa situación. A bordo del “Orinoco”, ni dijeron adiós.
A todas estas en la capital se habían organizado los batallones Primero y Segundo del Istmo, más varios regimientos para impedir una posible llegada de aquellos soldados hasta la capital...
La Separación
La unión a Colombia, lejos de contribuir a mejorar las condiciones de vida de los istmeños, las había deteriorado de manera palpable, a lo cual contribuía la devastación producida por la Guerra de los Mil Días, que no era sino la fuente de mayores desgracias para la población de este territorio.
El fusilamiento Victoriano Lorenzo, el caudillo liberal que se negó a aceptar la paz del Wisconsin, sirvió de acicate a la idea de la separación definitiva del Istmo de Panamá.
El 25 de julio de 1903, el general José Vásquez Cobo, comandante militar de Panamá y hermano del entonces ministro de Guerra colombiano, ordenó el asalto de la imprenta que publicaba el periódico El Lápiz, el cual había narrado en detalle el fusilamiento de Lorenzo y había hecho algunas veladas protestas por el suceso.
Este hecho provocó la salida de Cobo de Panamá e hizo que finalmente los liberales panameños se dieran cuenta de que no tenían ninguna garantía ni seguridad bajo el régimen conservador colombiano y se pasaron a las filas de la conspiración secesionista.
Por estas fechas ocurrió otro hecho que selló definitivamente el camino del Istmo hacia su constitución en república: el rechazo del convenio Herrán–Hay entre Estados Unidos y Colombia para la construcción de un canal interoceánico por Panamá, en el cual los panameños veían una luz de esperanza para mejorar sus condiciones de vida.
A pesar de los esfuerzos realizados por los senadores panameños Luis De Roux y José Domingo de Obaldía, la mayoría del Senado colombiano votó en contra de este convenio el 12 de agosto de 1903. 
De Obaldía sería eventualmente nombrado gobernador del Istmo, cargo que ya había desempeñado con anterioridad. Como era de esperarse, el nuevo gobernador se sentía inclinado hacia la idea de la separación.
Entre tanto, José Agustín Arango, prominente ciudadano y político istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana, para negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal.
La red conspirativa estaba formada, aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero, médico; Nicanor de Obarrio, militar, general del Ejército colombiano y por otros ciudadanos prominentes como Ricardo Arias, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y Manuel Espinosa Batista.
Pero la parte operativa, la de mayor riesgo, le correspondió a Amador Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca de apoyo para el plan. Así mismo, obtuvo en Panamá la adhesión de importantes jefes liberales y el apoyo del comandante militar Esteban Huertas.
Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en marcha del plan separatista para un día no definido del mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región del Calovébora, sobre la costa atlántica panameña.
Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se fraguaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de ese batallón traía, secretamente, instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B.Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo dificultades en desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió mil contratiempos, por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril Transístmico con los conjurados.
Después de muchas excusas y dilaciones, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a Panamá, Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar el recién llegado.
Descabezado el contingente militar colombiano, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La junta revolucionaria procedió entonces sin más dilación, a declarar esa misma tarde, la independencia del Istmo.
Algunos panameños asaltaron las armerías y tomaron las armas, pero no les fue necesario usarlas. Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía.
Una escuadrilla naval anclada en la bahía de Panamá fue conminada a rendirse sin oponer resistencia. Toda la ciudad se encontraba conmocionada y en todos los barrios se escuchaban los vítores a la naciente República de Panamá.
El Consejo Municipal se reunió entonces y proclamó en un acta la voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un Gobierno propio, independiente y soberano, sin la subordinación a Colombia ni a ningún otro país.


TALLER
1.    Explica de las guerras civiles de 1885 y 1895 (protagonistas-razon de la guerra-causas).
2.    ¿A que se conoce como la guerra de los mil días? Causas- origen y consecuencias.
3.    ¿En las batallas de Peralonso y de Palonegro que resultado obtuvo? 
4.    A que se conoce como el tratado de Neerlandia y Wisconsin.
5.    ¿Por qué se dio la separación de panamá? Que provoco- máximos representantes.

NOTA: DESCARGA EL MATERIAL Y REALIZA LA GUIA EN EL CUADERNO EL DIA 24 DE MAYO







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