martes, 21 de junio de 2011

ETICA Y DESARROLLO LABORAL - GUIA DE JUNIO - MAÑANA

INSTITUTO SISTEMATICO DE EDUCACION EMPRESARIAL
ISED
RESOLUCION DEL PROGRAMA
ASIGNATURA:
ETICA Y DESARROLLO LABORAL

GUIA DE JUNIO
DOCENTE:
GLADYS BAENA
SEMESTRE
I
JORNADA:
 MAÑANA
TEMA:
COMUNICACIÓN DE LA VERDAD Y EL SECRETO PROFESIONAL- DIMENSION ETICA DE LA EMPRESA
                                                          
OBJETIVO: Reconocer la importancia en la aplicación de la ética en  la empresa.
LOGRO:
INTRODUCCION:
El secreto profesional es la obligación legal que tienen ciertas profesiones de mantener en secreto la información que han recibido de sus clientes. Al contrario de lo que ocurre con otros tipos de deberes de confidencialidad, el secreto profesional se mantiene incluso en un juicio.
Entre estos profesionales, cabe citar como casos más típicos el abogado, el médico, el psicólogo, el periodista o el trabajador social. Sin embargo, también puede haber otros casos de asesores o servicios que tengan ese tipo de obligación, como por ejemplo los asesores fiscales (a veces incluidos dentro de los abogados) o las compañías de seguros.
Confidencialidad es la propiedad de la información, por la que se garantiza que está accesible únicamente a personal autorizado a acceder a dicha información. La confidencialidad ha sido definido por la Organización Internacional de Estandarización (ISO) en la norma ISO-17799 como "garantizar que la información es accesible sólo para aquellos autorizados a tener acceso" y es una de las piedras angulares de la seguridad de la información.
La confidencialidad también se refiere a un principio ético asociado con varias profesiones (por ejemplo, medicina, derecho, religión, psicología profesional, y el periodismo); en este caso, se habla de secreto profesional. En ética, y (en algunos lugares) en Derecho, concretamente en juicios y otras formas de resolución de conflictos legales, tales como la mediación, algunos tipos de comunicación entre una persona y uno de estos profesionales son "privilegiados" y no pueden ser discutidos o divulgados a terceros. En las jurisdicciones en que la ley prevé la confidencialidad, por lo general hay sanciones por su violación.
La confidencialidad de la información, impuesta en una adaptación del principio clásico militar, constituye la piedra angular de la seguridad de la información en corporaciones de hoy en día. La llamada "burbuja de confidencialidad" restringe los flujos de información, con consecuencias tanto positivas como negativas.
El secreto profesional es una obligación de confidencialidad, que se impone por la necesidad de que exista una absoluta confianza entre el profesional y quienes acuden a solicitar sus servicios. Por ejemplo, un acusado no podría contar toda la verdad a un abogado si luego se pudiese obligar al abogado a declarar como testigo lo que le ha contado.
En otros casos, como el de los médicos, el secreto profesional se basa en el respeto a la intimidad del cliente.
Existen casos paralelos pero con algunas diferencias en ciertas figuras religiosas como los sacerdotes.
Los sacerdotes tienen la obligación de mantener el secreto de confesión. Dicha obligación, sin embargo, es paralela a la ley, y deberá ser refrendada por el ordenamiento jurídico para que tenga validez ante el juez (lo cual ha planteado más de un problema a los sacerdotes citados como testigos).
La obligación de ese tipo, por lo tanto, es esencialmente moral, y no jurídica, y suele abarcar más de lo que abarca el secreto profesional propiamente dicho. Por ejemplo, el secreto de confesión impide a un sacerdote revelarlo incluso cuando esté en peligro su propia vida, lo cual no ocurre en el secreto profesional.
CLASIFICACION DEL SECRETO PROFESIONAL:
Existen tres clases de secretos:
1.   El secreto natural es independiente de todo contrato, se extiende a todo lo que, ya sea descubierto por casualidad, por investigación personal o por confidencia, y no puede divulgarse. Aunque el depositario del secreto no haya prometido guardar secreto, ni antes ni después de habérsele manifestado el hecho o de haberlo descubierto, está obligado a callar, en virtud del precepto moral que prohíbe perjudicar a los demás sin motivo razonable.
2.   El secreto prometido nace de un contrato, de la promesa de guardar silencio después de haber conocido el hecho, ya sea por casualidad, por investigación personal o por confidencia espontánea o provocada. Un mismo secreto puede ser a la vez natural y prometido. Será natural cuando la cosa de suyo requiera sigilo, pero si además va acompañado de una promesa, también será prometido.
3.   El secreto confiado también dimana de una promesa explícita o tácita hecha antes de recibir la confidencia de lo que se oculta. Se le comunica que previamente ha prometido, expresa tácitamente por la razón de su oficio o al menos de las circunstancias, guardar silencio, y le es participado lo que se mantenía oculto, añadiendo que se le revela confiado en su promesa bajo el sello del secreto. El secreto pasa entonces a ser estrictamente confidencial o profesional; confidencial, cuando la confidencia se ha hecho a un hombre que está obligado por razón de su oficio a prestar ayuda o a dar consejo. Profesional cuando se ha confiado, ya de palabra, ya en sus acciones, a un hombre a quien su profesión obliga a asistir a los demás con sus consejos o cuidados, por ejemplo: abogado, contador, médico, sacerdote, consejeros de oficio.

VIOLACION DELSECRETO PROFESIONAL:
El secreto profesional se vulnera en los siguientes casos:
§  Se puede producir daño en forma directa, es decir en forma consciente y premeditada.
§  Se vulnera en forma intencional pero indirecta
§  A través de una confidencia a otra persona
§  A través de una conversación informal, con ligereza

 DIMENSIÓN ETICA EN LA EMPRESA

EL SENTIDO DE LA ETICA EMPRESARIAL

En el mundo empresarial, o particularmente en la realización de un negocio, la aplicación de una estrategia, la omisión de información relevante o la desinformación, puede ser beneficiosa económicamente. En efecto, se podría decir que un negocio ha sido bueno no solo porque se han beneficiado ambas partes sino porque uno ha sacado mayor provecho (desde el punto de vista de éste último). Se podría establecer que un negocio bueno en el sentido moral, es un mal negocio en el sentido económico, ya que en el sentido moral se busca un acuerdo beneficioso sincero para ambas partes, y en el sentido económico se busca sacar una ventaja desde el punto de vista de la espectativa (ó a veces directamente a costa de la ingenuidad o ignorancia de la otra parte). Se plantea que la ética no es un ingrediente para triunfar en los negocios, pero equivocadamente, ya que los negocios se hacen a través de personas (el factor humano),y por lo mismo sería un error llevar la interacción estrictamente al enfoque del beneficio provechoso para el más fuerte (en este caso la negociación se trata como el campo de batalla).Se recuerda que la fórmula de éxito debe ser "win-win", es decir, aquellos negocios realizados por conveniencia mutua basada en complementos beneficiosos para ambos. De lo contrario, se encontraría latente el ánimo de sacar ventajas favorables personales. En estos casos se verificaría que el comportamiento inmoral convertido en norma (aceptación general) se hace un elemento de difusión. El hacer honradamente el propio trabajo es una de las exigencias radicales del hombre en cualquier cultura. En el campo de la competencia en la cual la empresa se encuentra inserto, tampoco aplica la estrìcta visiòn ètica. Por el contrario, la competencia es cruda y para lograr èxito se construyen sofisticadas estrategias de impacto. Esto es una actuaciòn de guerra, donde la mente del consumidor es el campo de batalla. Para muchos, esta batalla no podría ser sobrellevada bajo un sentido ètico, sin embargo, es imposible separar los negocios y los valores, como si ambos permanecieran a mundos diferentes, porque la ética pertenece a la misma realidad por cuanto es una dimensión de toda actividad humana.

Una buena actuación ética es simultáneamente una buena actuación profesional. La ética descubre en los hombres algo de más valor que la simple actuación. Para el cristiano es el reflejo, en las actuaciones humanas, de la voluntad de Dios, con el que se mantiene una relación personal, que es la oración.

La ética empresarial es una exigencia de la persona, cualquiera sea su trabajo. La ética empresarial, supone que sus principios son los mismos de la moral general. Si genuinamente se mantiene una preocupación por los empleados (calidad y ambiente, remuneración, sentido de familia, incentivos, seguridad) proporcionándoles "dignidad y respeto", el trabajador estará feliz y motivado por producir calidad. Este estado de ánimo, sentido de felicidad, es en sí una cuestión ética. En muchas empresas inmersas en la competitividad y falta de tiempo para todo, los trabajadores son el "recurso humano". Esto puede al menos interpretarse como sujetos que no son personas sino recursos (con todas las implicaciones éticas que esto signifique). Estos recursos son atractivos en la medida que cumplan con juventud, dedicación, resultados, identificación con la empresa, esfuerzo que vaya más alla de la estricta responsabilidad, ser capaz de trabajar en equipo, ser agradables, saber de computación y tener un idioma alternativo. Mejor aun si su costo es "bajo". Una vez que este recurso se ha desgastado --y luego de haber entregado la vida a la empresa (sin olvidar que la familia también vive este proceso)--, puede ser friamente reemplazado por otro recurso joven, que sepa computación, de bajo precio,etc., etc. Este es el comportamiento de las empresas hacia los recursos humanos (personas con familias que dependen de ellos, aspiraciones, necesidades, sentido de dignidad, sueños de justicia) en la mayoría de las empresas que interactuan en un ambiente de competencia, y sin embargo existen empresas que no dudan en mencionar que las personas son uno de sus principales activos. La ética empresarial, en cuanto a tal, sin embargo, significa actuar en un ambiente que no solo procura el más alto respeto y dignidad de sus empleados (personas y nunca recurso), sino que procura que la empresa se presente frente a la sociedad de manera honrada, veraz y honesta , más idealmente en la procuración del bien social.

¿SUPONE LA ETICA UN LIMITE A LAS OPORTUNIDADES DE NEGOCIOS?

La búsqueda de la rentabilidad no consiste en oponerse a la ética, pues existes cualidades gracias a las que se trabaja más y mejor; y porque hay varias otras dimensiones de la vida que suponen límites a la rentabilidad, ej.: "las normas son buenas para todos, aunque en un momento particular no me favorezcan". Es decir, la respuesta a esta pregunta podría ser "ni solo, ni siempre". Las consideraciones éticas suponen el elemento de racionalidad en los análisis empresariales. La ética resulta ser una dimensión inexorable de la actividad humana y empresarial.

1. Analizar y ejecutar, demostrar y convencer

En la toma de decisiones, los ejecutivos buscan minimizar el riesgo por medio de la obtención de exhaustivos análisis, demostraciones y proyecciones empíricas. Sin embargo, pocas veces se considera que elemento adicional, el sexto sentido, el sentido común y el sentido ético. Hay ámbitos del saber a los que pedimos demostraciones; y otros a los que pedimos persuasiones. Las decisiones éticas pertenecen a este segundo ámbito de conocimiento. Los datos empíricos son siempre necesarios, pero no son el último factor determinante a la hora de decidir. Hay un sexto sentido que nos insinúa si un buen negocio es o no bueno.

En el lenguaje ético, la dificultad para saber cuándo una acción humana es buena o mala, es similar a la de preguntarse si un negocio será bueno o malo: no tenemos seguridad, pero tenemos una idea suficiente para saber si una decisión es razonable (la experiencia como referencia juega un papel determinante). Toda decisión conlleva implícito un riesgo, que no sabremos con certeza hasta ejecutar la acción, hasta intentarlo. No basta con contar con las mejores herramientas, para pasar del análisis a la ejecución hay que estar convencidos, hay que prever las consecuencias y responsabilidades. Hay que asumir el riesgo. El paso del ser al deber ser conlleva riesgos. Esto es lo que básicamente tiene en común la ética y los negocios.

2. El esfuerzo y el éxito

Los conceptos que normalmente se manejan en el mundo empresarial tienen connotaciones intangibles y diversas según el concepto que cada uno tiene (el éxito puede ser entendido por unos como la obtención de mejores participaciones de mercados, o de mayor rentabilidad o de prestigio, etc.), por lo tanto no se pueden juzgar como verdaderos o convenientes desde la perspectiva de lo cuantificable. Muchas veces connotamos al éxito en forma excluyente del que no lo tiene. Se podría decir que su obtención logra significado en cuanto otros no lo logran. En materia ética dentro del mercado empresarial, no se debe buscar el éxito impidiendo o buscando que otros lo logren también.

3. Trabajo y empleo no son lo mismo

En la medida que consideremos la realidad laboral desde el punto de vista de una necesidad dignificante del ser humano, miraremos al trabajo bajo un profundo sentido de solidaridad.

Trabajo y empleo no es lo mismo. El empleo es bien escaso, y el trabajo es una necesidad natural. El trabajo es la principal fuente de la realización personal. Otorga dignidad al hombre, sentido de pertenencia, de responsabilidad; sentido de ser útil. Solo bajo perspectiva de la dignidad de la necesidad de trabajar se puede enfocar la solidaridad.

4. La ética empresarial no es un valor añadido

la ética es un valor intrínseco de toda actividad económica y empresarial, ya que cualquier actividad empresarial incluye al ser humano. La ética es una exigencia que se hace más significativa mientras mayor es la complejidad social. Si la ética se encuentra inserta en toda actividad empresarial, no puede ser considerada como un Valor Agregado sino como un Valor Componente.


LOS VALORES

Los valores éticos se sustentan en el campo de lo moral; en la vida de alteridad y en el encuentro con los demás, con sigo mismo y con lo que nos rodea. Los valores éticos realzan la libertad del ser humano; nos ayudan a guiar nuestras acciones y elecciones individuales. Los gerentes buscan manejar el clima ético en las organizaciones buscando la manera en cómo dichos valores pueden participar en sus negocios.

Algunos valores éticos en el marco empresarial:

Las empresas debieran ser conformadas por propósitos responsables dirigidos a la consecución de valores éticos para con la comunidad y los empleados. La actividad empresarial de una organización afecta a muchos grupos constituyentes o Stakeholders (proveedores, accionistas, clientes, consumidores, competencia, comunidad general, etc.). Se exige de ella una actitud responsable para con dicha comunidad, ya que su comportamiento le repercute directa o indirectamente. Ser responsable significa dirigir la empresa midiendo el impacto de su actuación en estos grupos, respetando sus derechos e intereses legítimos. Se requiere evitar el engaño y la desinformación. La honestidad requiere de la rectitud y sinceridad con la información demandada por la comunidad. Las señales que entrega una empresa afectan muchas personas, que confiando en la información, toman decisiones que a su vez afectan a otros. La comunidad confiará en estas señales en la medida que sean honestas.

Además, la confianza necesita del reconocimiento de compromisos implícitos en las promesas. La competencia leal y la consecución por la calidad real son parte de la confianza. Su quebrantamiento perjudica directamente a las personas.

Se debe poner especial atención en tratar de actuar justamente tanto en el otorgamiento de oportunidades al interior de la empresa, como frente a todos aquellos grupos que tienen relación directa o indirecta con el quehacer de la organización.

Se debe también evitar someterse a influencias impropias, favoritismos basados en intereses personales o presentar conductas que afecten la integridad de los ejecutivos. Los gerentes deben tratar de asegurar que sus empleados no caigan en este tipo de influencias. Actuar con integridad supone un comportamiento leal frente a las obligaciones y tareas que se deben emprender, en el marco de la confianza depositada al empleado. En su más completo sentido, se debe actuar conforme a las convicciones a los requerimientos morales, aunque presuponga un costo.

El respecto, significa reconocer que los individuos sostienen relaciones fuera de la empresa, poseen autonomía, privacidad, dignidad, derechos y necesidades.

Por otra parte, los ejecutivos deben procurar el respecto a la propiedad intelectual y privada, poniendo especial cuidado cuando la actividad comercial involucra la propiedad ajena (pública o propia de la naturaleza).

En suma, el comportamiento basado en estos valores beneficia a toda la sociedad, a la empresa y a la economía en la cual se encuentra inserta la empresa. Los principios forman la base de la confianza y cooperación; también contribuyen a la moral de los empleados. Es especialmente importante el sentido de orgullo por parte de los empleados en su productividad y actitud general, cuando visualizan pertenecer a una organización que define los valores éticos como un estilo de vida.

Las pregunta podría tornarse en otras tales como:

¿Existe la honradez en la actividad empresarial y los negocios?
¿Existen los valores como filtro de los actos empresariales y de los negocios?
¿Se pueden catalogar las conductas humanas en la actividad empresarial y en los negocios, según su ética?
¿Quiénes son los sujetos de esos comportamientos éticos o no éticos?

Y así podríamos continuar con otras muchas preguntas al respecto.
 En las líneas que siguen trataremos de desgranar algunas de las claves para aclarar el panorama de las preguntas esbozadas.
En próximos trabajos ampliaremos, en la medida de lo posible, el círculo de las mismas.

¿Qué es, en general, ético y qué no es ético? En principio sería un comportamiento ético aquel que estuviese de acuerdo con unos valores establecidos o definidos al respecto.
Y lo contrario serían comportamientos no éticos. Por tanto ética y valores se unen desde el principio.
Sin valores no cabe hablar de ética.

¿A qué valores nos referimos? Existen diversos valores, según el campo en el que nos situemos. Así existen unos:
Económicos
Artísticos
Morales
Éticos
Religiosos
Sociales
En ocasiones, estos valores podrán ser coincidentes.
En otras, no sucederá así. Los valores son una especie de fundamentos, de sillares, de puntos de apoyo de los comportamientos humanos, en el campo en el que nos estemos situando. Son reconocidos, como tales, por la sociedad y no dependen de la aprobación por las mayorías humanas.
 Los valores son los que son y no aquellos que la sociedad quiera que sean en cada época del devenir humano.
Es evidente que acciones humanas tales como:
Robar
Engañar
Difamar
Mentir
Chantajear
Extorsionar
Maltratar
Y otros muchos más que se podrían citar, han sido siempre, son y serán actos reconocidos, al menos internamente, por cada individuo humano y por la sociedad como contrarios a la eticidad, como no éticos.
Con independencia de su consideración como actos ilícitos, contrarios a las leyes, inmorales u otras consideraciones que se quieran hacer sobre ellos.
Por el contrario, acciones humanas tales como:
Decir la verdad
Pagar lo que es justo o lo que corresponde
Aportar el trabajo debido
Respetar la propiedad ajena
Ser leales en las relaciones con los demás
Son ejemplos de actos que el hombre y la sociedad considera éticos.
Esta consideración de lo que es ético y lo que no le es, no depende por tanto de circunstancias coyunturales, no es algo relativo, cambiante, sujeto a opiniones. Lo que es ético lo es, y lo que no, no lo es.
 Otra cosa distinta es la mayor o menor dificultad para alcanzar comportamientos éticos, para vivirlos.
Ahí se entra en otro terreno, ya que existen diferentes factores, en las distintas épocas históricas y localizaciones sociales o geográficas, que influyen sobre los individuos humanos, con más o menos fuerza.

Así, cuando todo el mundo en un entorno determinado es honrado es más fácil serlo que cuando todo el entorno esté tocado de falta de honradez. Y esto es aplicable a cualquier faceta del comportamiento humano que consideremos.

En la sociedad actual, básicamente capitalista, de libre mercado y de un importante grado de neoliberalismo, impera el principio del máximo beneficio, de la eficacia y del utilitarismo.
La combinación de estos factores lleva a una lucha “despiadada” por el beneficio y la rentabilidad, por la utilidad de las cosas y de las personas, por su validez para ganar y para competir a toda costa.
La vida económica es una auténtica “guerra” en la que todos los días se libra “una gran batalla” en la que hay que vencer.
 No vencer es ir para atrás, quedarse estancado, perder, empezar a morir.

Y es en este escenario en el que han de sobrevivir los valores éticos. Es ahí, donde cada día, hombres y mujeres, han de actuar y han de realizar sus actividades laborales, económicas y sociales.
Por tanto, las dificultades son evidentes.
Ahora bien, ¿vale la pena saltarse a “la torera” los principios éticos y actuar según convenga en cada caso para el bien individual o de una colectividad?

Si el ser humano no llevase nada dentro de sí, si fuese tan sólo un animalillo que tan sólo come y duerme, si no tuviese una conciencia interior que hasta cierto punto le ilumina, si fuese ajeno al bien y al mal, si no tuviese tras de sí unas raíces históricas, pasadas de padres a hijos...
Entonces cabría hablar de relativismo ético, de considerar ético o no lo que convenga en cada caso.

Pero no es así. Y esta experiencia, en nuestro interior, la tenemos todos. Diferenciamos lo que es bueno y lo que es malo.
 Lo que se debe de hacer y lo que no, lo que es ético y lo que es un comportamiento anti- ético.

Vale la pena, aunque cueste o haya que renunciar en ocasiones a “beneficios” de diverso tipo, seguir comportamientos éticos.
Además, una sociedad no se puede asentar sobre lo no ético en forma permanente. Se vendría abajo.

Imaginemos una sociedad en la que todos, así como suena TODOS, engañásemos al resto de nuestros conciudadanos.
 O una en la que TODOS robásemos a los demás, por poner un par de ejemplos.
 O traslademos estos ejemplos a una empresa o sociedad determinada. Esa sociedad y esa empresa serían inviables...se hundirían.

Por tanto, sí que existe una ética empresarial o de los negocios, que es percibida como tal por los miembros de esa puntual colectividad y, correlativamente, por el entorno de la misma.
Y esos principios éticos son criterios de referencia firmes, especie de faro que ilumina los comportamientos humanos.

En todos los comportamientos humanos, en el mundo de la empresa y los negocios, se pueden considerar:
Un hecho o comportamiento
Unas circunstancias que influyen y que pueden modificar el juicio ético
Un objetivo o finalidad del sujeto que lo realiza.
Los principios éticos permiten, en cada caso, juzgar la rectitud o no de cada comportamiento de los individuos teniendo en cuenta esas tres consideraciones anteriores.

Llegados aquí, conviene aclarar o explicitar más el abanico del campo o territorio de la ética empresarial. ¿de qué tipo de cuestiones, aparte de la ya citada honradez de las personas, estamos hablando? ¿A qué nos referimos?

Sin hacer un inventario de todas las cuestiones o situaciones posibles, podemos enumerar algunas para clarificar esta cuestión, sin orden ni sistematización previa:
Salarios y contrataciones injustos o de explotación
Prestaciones de trabajo escasas y mala calidad
Publicidad engañosa
Despidos de personal sin motivo suficiente
Bajas por enfermedad simuladas
Producción y venta de productos defectuosos
Competencia desleal
Pérdida de tiempo en la empresa
Desmotivación de unos trabajadores a otros
Servicios post venta ineficaces
Comisiones y contratos
Insensibilidad ecológica
Discriminación de la mujer en el trabajo
Acoso psicológico laboral
Incumplimiento de sus deberes y obligaciones por parte de empleados
Falsedades contables y fiscales
Engaños u omisiones en etiquetado de productos
Mantener maquinarias e instalaciones con riesgo para los trabajadores o su salud.
Falta de rendimiento en el trabajo
Incumplimiento de lo pactado en contratos.
Se podría añadir una larga lista de situaciones que conlleven problemática ética en la empresa, pero sirvan los citados como ejemplo y  “botón de muestra”.

Por lo general, en los comportamientos poco éticos existe un beneficiado y uno o muchos perjudicados. Se beneficia el que lo comete y perjudica a los que han de sufrir esos comportamientos.
Pero esta afirmación está ya contestando la pregunta inicial, la del título de este trabajo. ¡Sí existe una ética empresarial y en los negocios!  De estos somos todos conscientes.

























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